La pedagogía se define como la Ciencia que se preocupa de internalizar aprendizajes y cambiar estructuras que permitan el desarrollo de las personas y la sana convivencia en una sociedad. Suena bonito. Mas aún, etimológicamente, la palabra alude a algo así como "acompañar al niño de la mano", "guiar a los menores", "construir caminos con niños" y cosas por el estilo. En fin, es obvio que quienes cuentan con esta capacidad se denominan pedagogos; si bien este término se puede acuñar a toda persona que transmite conocimientos, actitudes y valores y trata de contribuir al desarrollo de las personas y la sociedad, existen personas que optan por prepararse para tan noble y loable oficio, que en nuestro tiempo toma el nombre de profesión. Esta profesión es la de ser profesor. El profesor que se prepara para lograr la transmisión de nuevos conocimientos, el profesor que se prepara para entregar enseñanzas a gurpos de personas; el profesor que se prepara para trabajar contra viento y marea para atender a todo tipo de jóvenes; el profesor, que se prepara para obetener cambios en las estructuras mentales de las personas y con ello las estructuras sociales. El profesor, que con mínimos recursos intenta cambiar la sociedad; el profesor que se prepara para desarrollar el curriculum, aplicar la didáctica y saber escoger el proceso evaluativo. Ése es el profesor. Porque esto es así. Si pienso y repienso mi vida, cada vez me doy cuenta de lo importante que son. De hecho, ser hijo de dos profesores me hace conocer mas de cerca esta vocación. Porque digamoslo, si yo hoy soy una persona culta, sociable, con carisma, capacidad de desicion, con pensamiento propio y con un título, es porque estuve en manos de profesores. Hoy, soy mejor persona porque fui alumno. Alumno de profesionales que se encargaron de delinearme, guiarme, retarme a veces, pero siempre apoyarme. Es por esto que los docentes (profesor, en términos mas académicos), observan el fruto de su quehacer en las propias personas; claro, hay aciertos y errores. Hay triunfos y derrotas, pero sin duda que existen mas exitos porque justamente hoy, nos damos cuenta de la tremenda cantidad de seres humanos que no quieren mas injusticias, mas desigualdades, mas abusos.
Es el profesor el que lucha día a día por enseñar en salas pequeñas, a grupos de 40 personas, todos con caracteres distintos; se preocupa que todos aprendan, para lo cual debe tomarse su tiempo, dejarse humillar por tecnócratas que solo piensan en los indices matemáticos. Aceptar que lleguen "aparecidos" a tomar posesión de discursos pedagógicos falsos sin ningún fondo epistemológico. El profesor que todos los días se saca la mugre por entregar enseñanza y dejarse basurear por el vulgar mas tosco, hasta el profesional mas altanero. Y lo que es mas, el profesor que debe soportar la mayor de las tristezas, el no contar con el apoyo de sus propios pares, el darse cuenta que nosotros mismos somos nuestros propios enemigos. El profesor, que envidia el sistema de los milicos que trabajando 20 años se va con todo el goce de sus lucas de siempre y hasta con más; que observa tristemente a los senadores que se candidateaban dando discursos de justicia y hoy se dedica a ganar plata con proyectos de ley que siguen favoreciendo a los mas ricos; que no entiende cómo es que se basureó tanto la profesión; que no sabe cómo actuar frente a ese cúmulo de "colegas" que sacaron su misma profesión en 100 sábados y hasta tienen mas pega; que debe dar cuenta de su trabajo de aula con un sistema administrativo propio de las empresas y no de la pedagogía; que debe poco menos que aplaudir a nuestros queridisimos parlamentarios que publican como tremenda noticia que subirán una luca su sueldo; que cuentan con impresoras añejas en los establecimientos públicos para sacarle documentos a 500 alumnos; que deben llevar su trabajo obligadamente a la casa; que deben aceptar deslealtades por rencillas y prostituciones político - partidistas; que no se sienten identificados con su colegio porque piensa que sólo le sacan plata; que queda como mal profesor simplemente porque no avanza en sus contenidos preocupado por el aprendizaje de todos sus alumnos; que debe mantener una familia a puro ñeque. Pero además, que debe aceptar la aparición de las malditas AFPs que se instalaron en el país y se dedican a robarle platita que le serviría para futuro. Porque gracias a esas instituciones de "porquería" es que los profesores, trabajando toda su vida llegan a ganar 900 lucas (sí, es verdad, un sueldo bueno, pero a costa de años de sacrificio y desventuras), pero cuando les dicen que se tienen que ir (porque el sistema los obliga), se deben disponer a ganar 200 y algo así. Porque cuando dejamos de trabajar debemos empezar a pensar qué podemos hacer para no dejarnos llevar por la angustia; cómo hacerlo para evitar la pobreza extrema (tenemos casos así en nuestro gremio); cómo hacerlo para distribuir las poquitas lucas; como hacerlo para no ponernos a llorar al mirar al vecino detective que trabajó veinte años y vive en jauja; cómo hacerlo para evitar el llanto por tanta sangre entregada y nada de vuelta.
Porque es así; un profesor se jubila y nadie se da cuenta. Pasa desapercibido, pasa sin pan ni pedazo y eso no lo podemos seguir aceptando. Va a los famosos DAEM y ni siquera los atienden con respeto porque de seguro estan atornillados esos lujurientos ingenieros de la escuela capitalista como jefes de personal, con formas de atender para nada personales.
Es por esto que me siento en la obligación de rendir un tremendo homenaje a mis colegas que dejan las labores docentes y pasan a jubilación, aun cuando, ya no es un júbilo el dejar la pega. Porque mis colegas se van, así como mis papitos que dejan de trabajar, para ellos ya les daré mi homenaje, sólo decir que lo que soy, mi fortaleza, aun siendo regalon, mi consecuencia, aun siendo miedoso, mi empatía, aún siendo claro en mis convicciones y mi ser total se los debo a ellos, mi papi y mi mami que si existiese un lugar donde destacarlos como profesionales, ellos deberían estar ahí. Pero quiero además, que este homenaje, como buen marxiste, se haga carne y nos dispongamos a rendirles un verdadero tributo a todos esos años de sudor, pulmones, amarguras, exitos, luchas, fracasos y recompensas. Por lo mismo, rindamos culto y respeto a los profesores que jubilan, detengamonos a conversar con ellos, hagamosles sentir que seguiran contando con nosotros, dispongamonos a ir a visitarlos cada cierto tiempo; aprovechémonos de toda su sabiduría; abracemoslos como si fueran todos los días año nuevo; sonriamosles para levantarles el ánimo; queramoslos, porque terminan solo un proceso, no su vida. Acerquemonos a su corazón, porque ellos si que saben de esto.
Amigos, amigas, compañeros, compañeras, colegas .... que volvamos a sentir un JUBILO el proceso de jubilación y para esto, nuestro papel es preponderante para así, construir verdaderos valores de solidaridad y empatía.
Nos vemos y será hasta la próxima.
Compañero...felicitaciones...un espacio para filosofar...reflexionar y tratar temas que no siempre son tratados o bien tratados...
ResponderEliminarUn abrazo fraterno
Antonio Guerrero Cofré