miércoles, 5 de julio de 2017

Soy lo que soy ...

En la Escuela .... son las dos de la tarde con cinco minutos ... cansado ....

Soy de esos que se compran zapatos un número más porque el famoso "empeine" me aprieta; soy de esos que deben comprarse pantalones 54 por lo gordo y que más encima debe cortar como la mitad de las piernas por lo patojo; soy de esos que estudia y estudia y nunca dice algo cuerdo; soy de esos que nunca entendió el fútbol pero sigue la masa; soy de esos que tira la puerta que dice empuje; soy de esos que se compra schampoo para cabello graso pero a la media hora está graso; soy de esos que se compra perfumes caros pero debe esparcirlo por la ropa porque el maldito ph de mi piel se come todo el aroma; soy de esos que no siente mucha vergüenza al ridículo, lo que me hace sentir ridículo, aunque también soy de esos que no siente vergüenza en grandes escenarios pero no se atreve a decir algo tan sencillo como "me gustas"; soy de esos que hace tanto que no hace el amor que no sabe si irá al médico o al cura después de; soy de esos que le da miedo dormir con alguien porque ronco como chancho; soy de esos que ve que el tren se fue pero cree que vienen otros; en fin, soy lo que soy. Pero un buen chato.

QUIEN GANA AL VIVIR

En recreo ... Escuela donde trabajo de inspector general .... es la 14.00 horas en punto .... cansado porque hubo una jornada de presentación de talleres extraescolares.  


A propósito de una serie de experiencias, conversaciones, relatos, noticias y demases que he vivido, he estado pensando en la ley de inclusión, por un lado y la actitud por la inclusión, por otra, que parece que van por caminos alejados. Mientras una intenta implantar un modo de vida y de pensar, la otra tiene que ver con los valores que nos han sido inculcados desde pequeños. Pero también pienso en aquellas personas que a veces no transitan dentro de nuestro concepto por la inclusión. Sin duda que pensar en personas de distinta condición u opción sexual como un otro yo válido es importante; sin duda también lo es considerar a personas en situación de discapacidad como personas iguales en lo ético y lo legal y así una serie de otros ámbitos que solemos observar en televisión. Pero esta vez me quiero referir a esas otras personitas que sé que a veces lo pasan mal y si no han tenido una base afectiva y familiar sólida, suelen derrumbarse. Me refiero a esos y esas que comúnmente llamamos feitos, feitas. Es increíble que una cara bonita te abre puertas o incluso cambia las actitudes del otro dejando al feito o la feita como en un segundo lugar y haciendo que esta persona deba llevar a cabo luchas internas por intentar "validarse"; es raro todo esto, por cuanto el canon de belleza es un acuerdo social que está influenciado por los medios que supervaloran cierto tipo de cara. Me refiero a los y las bajitos, bajitas, que aunque no son tildados de enanitos, siempre sufren las inconveniencias de una sociedad pensada para personas de un metro setenta para arriba y en donde igual deben subirse a un montoncito para tocar ese famoso timbre, deben levantar sus patitas para alcanzar comodidad en algunos cajeros de bancos, deben regodearse para salir a hacer compras de ropa y el/la alto/a no le importa nada echarle su cuerpo encima en las filas del supermercado. Me refiero a los, las gorditos, gorditas que aunque sé que el cerebro al mirarlos los procesa como cuerpos no sanos (y de ahí el rechazo de algunas personas), también tienen la posibilidad de poder validarse en la sociedad, sin embargo, las tiendas nunca tienen la camisa adecuada, no pueden comprarse la ropa del momento, no se sacan la polera por vergüenza y siempre son los "mejores amigos/as". Y saben?, tambien existen esos pequeños y adultos que tienen una condición que se llama Asperger y Autismo. No sabemos convivir con ellos, no sabemos cómo llegar a ellos y lo único que quieren es que se les entienda y quiera, así tal cual como son. Bueno, pero también hay casos de personas que son feas, chicas y gordas a la vez que tienen que recibir una serie de miradas, gestos, comentarios y otros que lo único que buscan es hacerte patente el síndrome de Procusto. Como sea, yo soy uno de ellos y ustedes que la están pasando mal y andan en silencio por ahí (en especial esa persona que me conversó triste), sepan que la vida es mucho más que la cara, la altura o la guata. La vida, la buena vida, está hecha de momentos únicos. Nadie se acordará de tí por lo flaco, chico o feo que seas, sino, por tus acciones, tu sentido social, tus ganas de vivir la vida, tu claridad y tu fe. No decaigas, a veces las cosas se ponen difíciles pero se capaz de validarte a tí mismo y por tí mismo. Son leseras, todo pasa, recuerda lo del Principito, eso de lo que es invisible a los ojos. Y tú que me hablaste y me dijiste, "no sé cómo lo haces", no es nada complejo, es cuestión de decisión. Ve con la frente en alto, con optimismo, con alegría .. es increíble lo que hace la sonrisa en los demás, hasta el cerebro cambia, hasta el cuerpo se energiza. No te bajonees, se puede. Sé feliz, se como los pajaritos en un día de sol, como un cachorro con su madre, como la brisa en una mañana. Pero ojo, la vida es un puente, atraviesalo, pero no fijes en él tu morada.

PD: igual si estamos muy gordos, debemos dejar de comer .... por salud